martes, 2 de marzo de 2010
lunes, 1 de marzo de 2010
VENEZUELA, SIN DISCRIMINACIONES
La muerte de Orlando Zapata, tras 85 días en huelga de hambre en Cuba, coloca frente a nuestros ojos de nuevo la reflexión acerca de la soberbia y miserias de "El Poder". La disidencia criminalizada, acusada sólo por pensar diferente; imposibilitada de acceder a servicios de trabajo, salud o educación sólo por no compartir el color de la camisa del gobierno nacional, son prácticas que nos evidencian un Poder corrompido y tergiversado.
Pretender que quien simpatice con "el proceso" deba enfilarse en un solo partido, desconociendo a aliados y minimizándolos es una muestra arrogante de no querer construir,sino simplificar cualquier escenario al plano bélico; las recientes declaraciones de voceros del Psuv frente a la situación protagonizada por el gobernador de Lara, Henri Falcón, así lo certifican. Mientras en Cuba y Venezuela todo esto pasaba, los presidentes de Colombia y Venezuela protagonizaron un lamentable altercado en el que los insultos estuvieron a la orden del día. En medio de este torbellino, los venezolanos nos sentimos cada vez más alejados de estos conflictos, no pretendemos más que ver resueltos los problemas que nos aquejan en la vida cotidiana, esperamos que quienes detentan el poder nacional puedan dejar a un lado sus ambiciones, rencores, y altanerías para dedicarse plenamente a ampliar su perspectiva y sean accesibles.
Podrían parecer ingenuas estas líneas, pero no es más que lo que desde nuestra experiencia en el Gobierno de Miranda hemos llevado a cabo, predicar con el ejemplo, dedicándonos a solucionar las vicisitudes que aquejan a los mirandinos, promover la paz y la armonía en todos los espacios, que en definitiva es lo que nos reclaman quienes nos eligieron,sin distinciones nidiscriminaciones, la construcción de un futuro mejor para nuestros niños es nuestro empeño e inspiración día a día.
La muerte de Orlando Zapata, tras 85 días en huelga de hambre en Cuba, coloca frente a nuestros ojos de nuevo la reflexión acerca de la soberbia y miserias de "El Poder". La disidencia criminalizada, acusada sólo por pensar diferente; imposibilitada de acceder a servicios de trabajo, salud o educación sólo por no compartir el color de la camisa del gobierno nacional, son prácticas que nos evidencian un Poder corrompido y tergiversado.
Pretender que quien simpatice con "el proceso" deba enfilarse en un solo partido, desconociendo a aliados y minimizándolos es una muestra arrogante de no querer construir,sino simplificar cualquier escenario al plano bélico; las recientes declaraciones de voceros del Psuv frente a la situación protagonizada por el gobernador de Lara, Henri Falcón, así lo certifican. Mientras en Cuba y Venezuela todo esto pasaba, los presidentes de Colombia y Venezuela protagonizaron un lamentable altercado en el que los insultos estuvieron a la orden del día. En medio de este torbellino, los venezolanos nos sentimos cada vez más alejados de estos conflictos, no pretendemos más que ver resueltos los problemas que nos aquejan en la vida cotidiana, esperamos que quienes detentan el poder nacional puedan dejar a un lado sus ambiciones, rencores, y altanerías para dedicarse plenamente a ampliar su perspectiva y sean accesibles.
Podrían parecer ingenuas estas líneas, pero no es más que lo que desde nuestra experiencia en el Gobierno de Miranda hemos llevado a cabo, predicar con el ejemplo, dedicándonos a solucionar las vicisitudes que aquejan a los mirandinos, promover la paz y la armonía en todos los espacios, que en definitiva es lo que nos reclaman quienes nos eligieron,sin distinciones nidiscriminaciones, la construcción de un futuro mejor para nuestros niños es nuestro empeño e inspiración día a día.
Nuestro pueblo está llamado a exigir a quienes nos gobiernan olvidar los escenarios de confrontación que tanto daño han hecho, y a asistir a la fiesta democrática del 26 de septiembre para elegir a quienes nos representarán en la Asamblea Nacional, los responsables de poner el equilibrio en el tapete, y que las leyes que sean dictadas en nuestro país respondan a todos los venezolanos, y no sólo a una parcialidad.
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