En principio, no notaremos ninguna alteración en nuestra cotidianidad, volveremos el lunes a nuestros trabajos de forma habitual de eso no hay ninguna duda, pero más allá de esos detalles, existe un escenario de plena democracia, representatividad y participación de todos los actores políticos venezolanos que se configuran en una Asamblea de todos los venezolanos. Independientemente de quien obtenga el mayor número de votos o curules el próximo domingo, sin desalojos, exclusividades, ni discriminaciones, de manera legítima y por elección popular nuevos colores se integrarán a la Asamblea Nacional. Y este hecho debe hacer reflexionar a quienes desde el poder, y las potestades que éste otorga se han dedicado a gobernar con sectarismos, a dividirnos, a excluir y a castigar a quienes no comulgan con su proyecto.
El domingo en las urnas electorales demostraremos que la realidad, nuestro día a día, es distintísimo a como nos quieren hacer ver y vivir; en la cola compartimos venezolanos por igual, independientemente de por quién votemos, nos prestaremos una silla, un paraguas si llueve, y hasta el agua si tenemos sed. Estos ejemplos son un llamado de atención en definitiva para nuestros gobernantes, no pueden seguir intentando "demoler" a quienes pensamos distinto y creemos en una Venezuela diferente a la que durante 11 años se ha intentado construir.
Para quienes tenemos una mirada diferente sobre Venezuela, el reto es seguir construyendo y fortificando la unidad; la unidad entre los políticos y los ciudadanos, la sociedad civil, el pueblo, como queramos llamarle, pero en definitiva, más allá del gran paso que hemos venido fortaleciendo uniéndonos partidos políticos con tendencias e ideologías diversas, debemos continuar este proceso de consenso y encuentro con todos los venezolanos con miras a la construcción y materialización de la Venezuela de los años venideros.