sábado, 11 de septiembre de 2010

EL PRESIDENTE EN CAMPAÑA

A escasos 16 días para las importantísimas elecciones parlamentarias que celebraremos el 26 de septiembre, los candidatos de la Unidad han tomado las calles de Venezuela llevando un mensaje reconciliador y recogiendo las inquietudes de un pueblo con esperanzas en el cambio, y en una Asamblea Nacional que efectivamente represente a los intereses de mujeres, niños, adultos mayores, obreros, campesinos, jóvenes y profesionales de este país, y no que sólo usen al pueblo de manera descarada como un simple eslogan de campaña.

El presidente del Partido Socialista Unido de Venezuela, también Presidente de la República, se ha montado las candidaturas de sus partidarios al hombro intentando, como siempre, reposar todo en su nombre, en su persona, en su imagen, como que si la inseguridad, el escándalo de corrupción de los alimentos y la crisis eléctrica fueran poca cosa. Si de Mesías se tratara, las miles de estampas, murales, vallas y abuso propagandístico omnipresente del presidente Chávez serían suficientes para resolver los problemas que vivimos día a día, y que efectivamente el culto a su personalidad exigido por su Presidente ha impedido se puedan resolver de manera eficiente.

De allí la importancia que adquiere esta nueva Asamblea Nacional que devolverá el equilibrio necesario para el funcionamiento del Estado, un equilibrio que vele por el cese de los abusos de una parcialidad avalada por el Presidente del Partido, el mismo que en el ejercicio de la Presidencia de la República se dedica a gobernar de manera desigual, y que en cada campaña electoral utiliza indiscriminadamente los recursos del Estado para favorecer a sus colaboradores cercanos, pero que olvida irresponsablemente que debe gobernar y solucionar los problemas de todos.

Hay un camino mejor; la posibilidad de que nuestros estados y regiones reciban los recursos necesarios para brindarles verdadera calidad de vida, las necesarias reivindicaciones en materia de seguridad social para nuestra tercera edad; la educación como principal solución al problema de la violencia desencadenada; y la garantía de controlar el dinero asignado a programas que efectivamente resuelvan la crisis de nuestros hospitales y ambulatorios, son sólo algunos de los escenarios posibles con una Asamblea plural y garante de representar los derechos del pueblo, a partir del 26 de septiembre la AN será, para todos por igual.