viernes, 19 de noviembre de 2010

AL REVÉS


Hemos sido testigos de una arremetida de decisiones por parte del Gobierno Central que mantienen en vilo a todos los sectores del país incluyendo a quienes, en definitiva, pagan las consecuencias de tanta improvisación y decisiones violentas: los ciudadanos de a pie, la señora que usa el Metro para trasladarse, la familia que espera ansiosamente la culminación de su casa para mudarse, y quienes nos mantenemos aferrados a la democracia como sistema de gobierno más adecuado a nuestras necesidades y a nuestra cohesión como sociedad y ciudadanos.

Revisando el mapa internacional, los gobiernos electos de manera democrática tienen como principal función garantizar la institucionalidad dentro del Estado, mantener el equilibrio dentro de la sociedad que los eligió; mientras, sus opositores son los que usan los mecanismos constitucionales para darle salidas rápidas y distintas al cumplimiento del período: la solicitud de la renuncia al presidente Rodríguez Zapatero por la crisis económica que atraviesa España constituye un ejemplo de esto. En nuestro caso, sucede completamente al revés: el militar Rangel Silva ofrece unas declaraciones totalmente partidistas, amenazando a los venezolanos con las armas que porta, y la respuesta del Gobierno es otorgarle un premio, ascendiéndole a rango mayor.

Asimismo, la posición frente a los problemas suscitados con las empresas constructoras es el arrebato, la centralización de la "posible solución"; sin negociación, sin mediación; sin la actuación de las instancias administrativas creadas para tales casos, como si el camino más fácil fuese inestabilizar la construcción en el país.Y eso que no ahondamos en detalles acerca del Metro y la respuesta de sus autoridades ante el colapso del servicio, por motivos de espacio.

En este país al revés, no hace falta ninguna oposición que saboteé, el propio Gobierno con el tratamiento que otorga a los asuntos más delicados, es de desespero y a punto de resbalar entre tantos problemas. Afortunadamente, existe una mayoría que se mantiene pensando en el progreso y en el futuro, en el mejor mañana que aspiramos proponer a Venezuela y que ante tanta destrucción no podemos sino llevar un mensaje esperanzador y ejemplificador para nuestro pueblo.