
Desde la constitución de la Mesa de la Unidad Democrática, en abril de 2009, se trazó una agenda temática cuyo objeto ha sido proponer una alternativa plural y amplia que busca brindar soluciones efectivas a los problemas que debemos enfrentar, en contraposición a un gobierno dedicado completamente a la politiquería y a la división de los venezolanos.
Amén de la pretensión de erigirse como referente en los espacios democráticos del país, a la MUD se le ha encomendado la tarea de establecer las reglas para la proposición de candidatos que representarán a, por lo menos, 50% de la población venezolana en las elecciones de diputados a la Asamblea Nacional del 26 de septiembre de 2010.
En la titánica tarea que ha tenido que emprender la Mesa, han tenido que conjugarse los siguientes ingredientes: las exigencias de un electorado ávido de una propuesta unitaria en torno a las candidaturas, aunado a un sinfín de aspiraciones (totalmente legítimas) por parte de militantes de partidos políticos y miembros de la sociedad civil. Por si esto fuera poco, debemos sumarles una lista de personas presas por motivos políticos que -dada su situación- han sido no sólo tomados en cuenta, sino priorizados como candidatos a diputados.
En un país normal, estamos seguros nada de esto ocurriría, pero dada la coyuntura que nos ha arropado estos años ha sido necesaria la cesión de espacios, aspiraciones y proyectos por parte de dirigentes y partidos políticos; todo esto como estímulo a un electorado que exige por parte de quienes hacemos política la construcción de un proyecto alternativo y unitario.
Ahora bien: ¿Alguna vez se dijo que esta tarea sería "fácil" e "indolora"? ¿Sabemos cuán complicado puede ser presentar un mapa de candidatos capaz de satisfacer plenamente a la mitad de un país? Nuestro día a día está repleto de ejemplos que pueden ilustrarnos los problemas que significa la representatividad en cualquier espacio, y la política no escapa de ello.
Más allá de resaltar y regocijarse en las fallas que en la Mesa de la Unidad Democrática se encuentran, se hace necesaria la incorporación y organización de los ciudadanos de cara a las elecciones del 26 de septiembre; no es poco lo que está en juego, apoyemos a los partidos en la consolidación y éxito de esta tarea.