sábado, 17 de julio de 2010

TENEMOS DERECHO A VIVIR MEJOR

Si hay quienes encarnan de alguna manera la desidia y la dura realidad que toca todos los confines del país, han sido nuestras regiones; sus habitantes son quienes día a día deben enfrentar la ausencia de los servicios básicos como luz y agua; donde la inseguridad forma cada vez más parte de lo cotidiano y los alimentos descompuestos se esconden queriendo tapar una cadena de corrupción disfrazada tras una supuesta idea de distribución para los más necesitados.

El siempre irresponsable Psuv usa el mismo chantaje para obtener votos: la idea de la conspiración contra la figura del Presidente, siempre aupando el personalismo e irrespetando a quienes día a día deben enfrentar la anarquía en la que estamos inmersos. La centralización no ha hecho más que alejar las soluciones a los problemas de la gente, y en nuestras regiones eso está más que comprobado; los diputados a la AN se dedican cual autómatas a levantar la mano, y a lo que menos se han dedicado es a legislar en pro del pueblo que representan. ¿Cuántas veces se ha hablado de magnicidio en la AN? Comparemos esa cifra con las veces que plantearon algún debate en pro del desarrollo de las regiones. El papel de los diputados en la AN ha sido darle más poder a quien ya lo tiene, de espaldas a la búsqueda de soluciones a los problemas reales de la gente.

El 26-S representa para todos los venezolanos, pero especialmente para el interior del país, tan olvidado y desatendido, la oportunidad de sentir reivindicadas sus peticiones; la esperanza en que sus necesidades puedan ser resueltas y que las leyes aprobadas en la AN se traduzcan en beneficios para el pueblo. Hemos comenzado un recorrido por todos los estados del país, consolidando y juramentando a gente comprometida, aglutinada en los Comandos de Campaña de la Unidad.

Estamos devolviéndoles la fe en el voto a nuestras regiones, estamos convenciendo y garantizando que luego de las elecciones parlamentarias habrán diputados trabajando por el cambio y el mejoramiento de su calidad de vida. Nuestra esperanza se mantiene en que somos un país con más futuro que pasado, y trabajamos en la construcción de éste. Con firme convicción debemos acudir a votar para devolver a nuestros estados el respeto que se merecen, es hora de empezar a desatar el futuro.